Un año sin el DIU

Poco a poco el tema del DIU de cobre empieza a quedar atrás en mi vida, por suerte. Incluso hay días en los que ya ni pienso en eso. Un año atrás esto era inimaginable. Después de enfrentar una depresión que no tenía mayor razón de ser y una serie de síntomas que a pesar de lo inconexos me sorprendían por su sincronía, descubrí que el método anticonceptivo que estaba usando era la causa de mi malestar. Primero me enteré que el DIU NOVA T de Bayer era de cobre y que, en algunos casos, este metal puede tener un efecto tóxico en el organismo causando una larga lista de síntomas entre los cuales estaban todos los que yo padecía: depresión, fatiga, ataques de pánico, caída del cabello, acné, dolores articulares, entre otros. Aliviada, corrí a sacármelo pensando que así terminarían todos mis males. Así llegué a mi segundo descubrimiento: eliminar el exceso de cobre que tiene un organismo es un proceso que lleva su tiempo.

 Fue un año con momentos muy difíciles. Lo que más me costó en un principio fue sobrellevar la soledad que sentía. Soledad, con respecto a la medicina tradicional: los ginecólogos más respetuosos me miraban con sospecha cuando les contaba lo que había leído sobre el cobre; los clínicos me mandaban a hacer baterías de estudios que volvían todos normales. Me sentía insegura porque si bien sentí alivio al sacarme el DIU, muchos síntomas persistían. ¿Quién tenía razón?

Entonces se me ocurrió armar un grupo en Yahoo (http://health.groups.yahoo.com/group/copperiuddetox/) donde invité a otras mujeres que también habían tenido el DIU y que habían sufrido el exceso de cobre en el organismo para que compartieran sus experiencias. Y de a poquito dejé de sentirme sola. Poco a poco se fueron sumando mujeres de todo el mundo, y juntas transformamos el espacio en una fuente de compañía y aprendizaje. Hoy somos más de 300 mujeres que, cuando nos sentimos frustradas por la permanencia de algún síntoma o cuando damos con un nuevo descubrimiento, lo compartimos y vamos ampliando nuestro conocimiento sobre el tema. Para recuperar la salud, muchas optaron por seguir los consejos de asesores nutricionales que en Estados Unidos avalan la capacidad tóxica del DIU de cobre por lo que, después de hacerte un análisis de pelo donde se estudian los minerales presentes en el organismo, te recomiendan una serie suplementos para recuperar la salud. En mi caso y por consejo de una amiga, fui a un médico homeópata que resultó de gran ayuda. Hace 4 meses que me siento como solía ser y, hoy por hoy, me siento 100% recuperada.

Mientras el grupo crecía, creé un blog en español (https://cuidadoconeldiudecobre.wordpress.com) para compartir toda esta información con las mujeres de habla hispana. Lo hice porque cuando comenzó mi malestar recurrí a Internet pero no encontré nada. Un año después cuando todo el cuadro empeoró tuve la lucidez de buscar información en inglés y fue en ese momento cuando descubrí lo que me estaba pasando. Primero encontré un foro con cientos de relatos de mujeres con cuadros iguales al mío. Luego encontré miles de investigaciones y sitios con información acerca de la toxicidad del cobre. Así que en el blog traduje y subí la información más relevante. Hoy por hoy tengo más de 150 visitas diarias y no paran de llegarme comentarios y correos electrónicos de mujeres agradeciéndome y contándome sus historias.

A esta altura, ya no me quedan dudas acerca de la capacidad tóxica del DIU de cobre y, si bien ya me siento recuperada, me parece imprescindible alertar a la usuarias y/o potenciales usuarias acerca de los posibles efectos colaterales de este dispositivo. Fue un año difícil pero lleno de aprendizajes. Quizás el más importante fue comprender que en el mercado de la salud nos corresponde salir del lugar pasivo en el que nos ponen. Es necesario estar alerta porque hay muchos intereses económicos encubiertos y reclamar lo que nos corresponde: toda la información necesaria para poder tomar una decisión informada sobre nuestra salud.